Clarín como monopolio, 17 años atrás


Uno de los temas que enardecen la agenda púbica de nuestro país es la titánica batalla entre Clarín y el Gobierno. Muchos menosprecian el accionar del gobierno y la importancia de esta disputa al identificarlo como una "guerra entre dos poderes". Me animo a decir que esa concepción es errónea. Clarín se convirtió en un suprapoder, en el "súperpoder" con el que el poder (el gobierno de turno) tiene que negociar para subsistir durante su mandato.

De esta situación alertaba años atrás Julio Ramos, difunto fundador y director de "Ámbito Financiero", en su valiosísimo trabajo "Los Cerrojos a la Prensa", editado en 1993. Estamos hablando del director de Ámbito...un periódico que podría catalogarse como "liberal", que recibió de buen agrado el menemismo y apoyó sin sonrojarse el proyecto político del mandatario de los '90. Hago esta aclaración para explicar cómo, aún desde proyectos políticos antagónicos (a grandes rasgos, menemismo-kirchnerismo), se condena la formación de monopolios periodísticos. Con esto quiero decir que no es un mero capricho del kirchnerismo. La seriedad del problema es una cuestión de Estado y no tiene bandera política. Es un boicot al único estandarte que enarbola a todos los sectores de nuestra sociedad política: la democracia y su calidad. Sin más preámbulos, la reflexión Julio Ramos allá por 1993:

"Los monopolios dominan la difusión y hasta parte de la vida pública de un hombre, de un político o de un legislador que quiera operar sobre ellos. El día que sean eliminadas las concentraciones en el tema difusión toda la prensa florecerá de nuevo en el país y surgirá hasta la sorpresa -la pena, si se quiere- de por qué no se le brinó antes a la Nación la posibilidad de tener un periodismo fuerte y variado, discutiendo entre sí los puntos de vista a ofrecer al público pero sin la desigualdad que le da un fuerte monopolio que hasta usa al Estado como socio en Papel Prensa. La difusión en un país alcanza su mejor nivel cuando compite su prensa en igualdad y sin temores."

"Esa meta, al promediar 1993, como dijimos, era una ilusión. La luz se veía distante aunque se tuviera la certeza de que, como todos los países avanzados, la Argentina terminaría extirpando sus monopolios tipo Clarín, y aún los pequeños. No alentar esa esperanza sería creer que un país está condenado a la oscuridad. Por supuesto que nadie pensaba que fuera simple; que un libro como éste terminaría haciendo estallar el problema y abriendo los ojos a todos, como 'Ámbito Financiero' logró rápidamente con la televisión negada de espectáculos deportivos como el fútbol*. Pero sí teníamos la seguridad de que en 1993 peleábamos por una idea de democracia y de verdadera libertad de expresión muchos escalones más arriba del llano en que nos encontrábamos en 1981 al iniciar esta lucha contra los primeros decretos, extraídos a los militares, por el monopolio Clarín."


* N. del A.: En 1991 TyC firmó un contrato con la AFA y obtuvo los derechos televisivos del fútbol. Así pasó a tener la exclusiva transmisión de los partidos de Primera división, Primera B Nacional y Primera B Metropolitana. Desde agosto de 2009, los partidos de Primera volvieron a transmitirse por televisión pública.